Vietnam - Dengue, Copépodos y Control Biológico de Mosquitos
- Autor: Gerry Marten
- Videoclip de copépodos devorando a larvas de mosquitos
La historia del Dengue Hemorrágico, una enfermedad "emergente" que se conoce apenas desde 1950, ilustra los beneficios posibles que pueden lograrse con acción comunitaria y gestión ecológica. El Dengue Hemorrágico se transmite por mosquitos que se reproducen en estanques y contenedores de agua alrededor de casas. No existe vacuna ni medicamento contra el virus; la única manera de evitar el contagio es eliminando los mosquitos. El espectacular éxito inicial en el control de mosquitos con DDT en las décadas de los 1950s y 1960s resultó ser insostenible cuando los mosquitos desarrollaron resistencia al pesticida. Se han utilizado otros pesticidas, pero no ha habido una reducción general en la enfermedad. Cada año cerca de cien millones de persona en los trópicos de Asia y Latinoamérica son infectados con dengue, medio millón de niños sufren del Dengue Hemorrágico y miles mueren.
La estrategia basada en pesticidas de los últimos 50 años ha sido un fracaso, pero ¿que más puede hacerse? La gestión ecológica podría ser más eficaz y sustentable. El copépodo Mesocyclops nos brinda un ejemplo. Este pequeño crustáceo mata a casi todas las larvas de mosquito cuando se le coloca en contenedores de agua en que se reproducen mosquitos. Vietnam ha promovido una campaña para distribuir el Mesocyclops por todo el país. El mosquito y la enfermedad han desaparecido de cada aldea que utiliza al Mesocyclops, siendo la clave del éxito una fuerte organización comunitaria que garantiza el uso generalizado del copépodo.
Esta historia detallada es tomada de Ecología Humana: Conceptos Básicos para el Desarrollo Sustentable (Gerald Marten, Earthscan Publications, 2001), paginas 184-196, disponible en línea: Capítulo 12.
La enfermedad y el mosquito
El dengue es causado por un flavivirus pariente del de la Fiebre Amarilla. Puede que haya originado en primates no-humanos, que siguen siendo su reservorio natural en África y Asia. Los primates no-humanos no muestran síntomas, pero los humanos pueden enfermar de gravedad. Las primeras infecciones de dengue en la niñez suelen ser leves y pasar desapercibidas, pero una primera infección en adultos puede ser severa. La mortandad es rara, pero las altas fiebres, escalofríos, dolor de cabeza, vómitos, dolor muscular, dolor de los huesos, y una debilidad extrema que puede durar más de un mes después de resuelta la fiebre hacen que muchos adultos consideren al dengue como la peor enfermedad que han sufrido.
El dengue hemorrágico es una variante más mortífera del dengue. No lo causa otra cepa del virus, sino que surge del hecho que existen cuatro cepas distintas. La infección con una cepa resulta en inmunidad de por vida a esa cepa, pero también crea anticuerpos que incrementan la susceptibilidad de infección por las tres variantes restantes. El dengue hemorrágico normalmente sucede cuando la infección con una cepa es seguida un año o más tarde por una segunda infección con otra cepa. Aproximadamente el 3 por ciento de las segundas infecciones causan dengue hemorrágico, y cerca del 40 por ciento de los casos hemorrágicos entran en un síndrome de choque que puede ser fatal. El síntoma más grave es el desangrado de los vasos capilares a los tejidos y cavidades corporales, a veces acompañado de severas hemorragias gastrointestinales. No existe medicamento para contrarrestar al virus, pero la deshidratación puede tratarse con electrolitos orales en casos leves, o intravenosos en casos severos. La mayoría de las víctimas del dengue hemorrágico tienen menos de 15 años. Sin tratamiento, cerca del 5 por ciento de los casos son fatales, pero con atención adecuada este porcentaje se reduce a menos de 1 por ciento.
El mosquito Aedes aegypti es el vector principal tanto del dengue como de la fiebre amarilla. Originalmente fue un mosquito africano que se reproducía en cavidades de troncos, pero hace mucho que se adaptó a la vida urbana. Los Aedes aegypti ahora se reproducen en contenedores como tanques, pozos, alcantarillas obstruidas, y en objetos que acumulan agua de lluvia, como llantas y frascos. La hembra coloca sus huevos a un costado del contenedor, a pocos milímetros sobre la superficie del agua. Los huevos pueden permanecer así secos durante meses, pero las larvas eclosionan a escasos minutos de que los huevos queden sumergidos en agua. Generalmente esto únicamente sucede al agregársele agua al contenedor, lo cual aumenta la posibilidad de que el contenedor tenga suficiente agua como para que la larva complete su ciclo de desarrollo antes de que se seque el contenedor.
Mientras que el macho se alimenta exclusivamente de fluidos vegetales, las hembras obtienen los nutrientes necesarios para desarrollar sus huevos de la sangre de animales. Cuando la hembra bebe sangre de una persona infectada con dengue, el virus se multiplica en su cuerpo, y entre 7 y 15 días más tarde (dependiendo de la temperatura ambiente) carga suficiente virus para infectar a otras personas. La transmisión del virus se da a tasas más altas en climas tropicales, donde la acelerada reproducción viral a altas temperaturas hace más probable que un mosquito infectado sobreviva lo suficiente para propagar la infección.
Historia del dengue
A partir del siglo XVI con la expansión del colonialismo y comercio Europeo, el mosquito Aedes aegypti se propagó alrededor del mundo, viajando en los contenedores de agua de embarcaciones. Tanto el virus como el mosquito existieron en Asia sin graves consecuencias debido a que la distribución de Aedes aegypti era limitada por Aedes albopictus, un mosquito asiático que a pesar de ser fisiológicamente capaz de transmitir el dengue, en la práctica no ha sido un factor significativo de transmisión en brotes del virus. Los árboles y arbustos abundaban en los pueblos y ciudades de Asia, y Aedes albopictus competía exitosamente con Aedes aegypti mientras había vegetación.
La situación en las Américas fue muy distinta. A falta de competencia de parte de cualquier mosquito como Aedes albopictus, Aedes aegypti prosperó en las ciudades y poblados. Sabemos que Aedes aegypti era común en las Américas debido a las numerosas epidemias de fiebre amarilla que se dieron después de la introducción del virus con el tráfico de esclavos africanos en el siglo XVI. El historial para el dengue no es tan claro porque sus síntomas no lo diferencian de otras enfermedades, pero es probable que el dengue haya sido común en gran parte de las Américas durante siglos. Hubo una epidemia de dengue en Filadelfia en 1780. Y el dengue fue común hasta la década de 1930 en pueblos y ciudades de las costas Atlántica y del Golfo de Estados Unidos.
El dengue probablemente se propagó de la mano con Aedes aegypti, pero sin llamar mucha atención, aún con altas tasas de infección, porque la mayoría de los infectados eran niños cuyos síntomas eras ligeros. Las devastadoras epidemias de fiebre amarilla eran otra cosa. El Aedes aegypti llamó la atención mundial cuando Walter Reed comprobó en 1900 que este mosquito era el responsable de transmitir la fiebre amarilla. Se iniciaron campañas en las Américas para eliminar los focos de reproducción del mosquito alrededor de viviendas. Durante los 1930s la Fundación Rockefeller movilizó un ejército virtual de inspectores gubernamentales en Brasil para identificar y eliminar sitios donde pudiese reproducirse el mosquito. Los inspectores tenían la autoridad legal para entrar a establecimientos, destruir contenedores, aplicar aceite o larvicidas e imponer multas. Fue posible consolidar la erradicación del Aedes aegypti barrio por barrio, sin re-invasiones, porque el mosquito normalmente viaja menos de 100 metros en toda su vida. La campaña fue tan efectiva que para principios de los 1940s, se había erradicado al Aedes aegypti de gran parte del Brasil.
Aunque hubo brotes de algo parecido al dengue hemorrágico en Queensland, Australia en 1897 y de nuevo en Grecia en 1928, no se reconoció la enfermedad de dengue hemorrágico hasta 1956 porque era tan inusual que existiera más de una cepa en la misma región. Todo cambió con la Segunda Guerra Mundial, cuando gran número de personas, junto con las cuatro cepas del dengue, estuvieron rotando en el trópico Asiático. Hubo numerosas epidemias de dengue durante la guerra al introducirse el virus a regiones donde la población carecía de inmunidad. Aparecieron casos con los síntomas del dengue hemorrágico en Tailandia en 1950. La primera epidemia reconocida de dengue hemorrágico se dio en las Filipinas en 1956, seguida de epidemias en Tailandia y otras regiones del Sureste Asiático. El crecimiento urbano desmedido en los países en vías de desarrollo durante las siguientes décadas expandió dramáticamente el hábitat reproductivo de Aedes aegypti. El paisaje urbano brindaba una abundancia de tanques y contenedores que recogían agua pluvial en barrios sin los servicios básicos de agua potable, alcantarillado y recolección de basura. La eliminación de vegetación en las ciudades Asiáticas eliminó la competencia de mosquitos como el Aedes albopictus, facilitando la expansión del Aedes aegypti.
La aparición del DDT en 1943 probablemente demoró la aparición del dengue hemorrágico. El DDT era un milagro. Era inocuo para los vertebrados a concentraciones usadas para matar insectos, y seguía siendo efectivo a meses de su aplicación. En 1955 la Organización Mundial de la Salud comenzó una campaña global para rociar con DDT cada casa en regiones de transmisión del paludismo. Para mediados de los 1960s el paludismo casi había desaparecido de muchas regiones, y al mismo tiempo el Aedes aegypti había desaparecido de gran parte de América Latina y de algunas regiones de Asia, como Taiwán.
El fracaso de la estrategia DDT
El increíble éxito del DDT duró poco tiempo ya que los mosquitos desarrollaron resistencia que rápidamente se extendió por el mundo. Los gobiernos de países en vías de desarrollo no pudieron continuar fumigando cuando las alternativas al DDT, como el malathion, costaban hasta diez veces más. A finales de los 1960s el paludismo regresó con fuerza, y para mediados de los 1970s el Aedes aegypti había regresado a la mayoría de las regiones de las cuales había sido erradicado. El dengue no regresó a los Estados Unidos porque las mallas mosquiteras y los sistemas de aire acondicionado facilitaron una vida tras paredes que redujo el contacto entre las personas y los mosquitos. Sin embargo, las cuatro cepas y el dengue hemorrágico se expandieron rápidamente en el trópico asiático, estableciéndose en ciclos recurrentes de brotes de dengue al circular las cuatro variantes. El dengue hemorrágico incursionó en las Américas en 1981 con una epidemia en Cuba que hospitalizó a 116,000 personas en tres meses. El dengue rápidamente se extendió por gran parte de Latinoamérica, a veces causando epidemias de cientos de miles de personas, pero el dengue hemorrágico era esporádico ya que generalmente circulaba una sola variante regional. Aunque el dengue era común en gran parte del África al sur del Sahara, no fue un gran problema ya que los Africanos en general son resistentes a infecciones severas de dengue.
Las condiciones sociales y políticas para enfrentar al Aedes aegypti han cambiado enormemente desde las campañas contra la fiebre amarilla de principios del siglo pasado. Algunos países ricos han continuado fumigando casas con insecticidas nuevos, otros como Cuba y Singapur han implementado inspecciones domiciliarias y multas para eliminar sitios donde el mosquito se pueda reproducir. Sin embargo, la mayoría de los países carecen de la voluntad política y de los recursos financieros y organizativos necesarios para implementar este tipo de programas. Los larvicidas químicos que matan las larvas del mosquito, y después un larvicida biológico (Bacillus thuringiensis), pudieron usarse para tratar depósitos de agua. Sin embargo, la gente normalmente se muestra indispuesta a aplicar pesticidas al agua. Y aun cuando estén dispuestas, estos deben aplicarse semanalmente para ser efectivos. El costo de adquirir larvicidas y administrar su aplicación a tan gran escala resultó ser superior a la capacidad de cada gobierno que lo intentó. Algunos gobiernos intentaron organizar comités de participación voluntaria para eliminar el hábitat reproductivo del Aedes aegypti – capacitando a amas de casa, por ejemplo, para que limpiaran sus contenedores de agua semanalmente para interrumpir el desarrollo de larvas – pero sin mucho éxito.
No hay vacuna ni medicamento contra el dengue. La única manera de prevenir el mal es eliminando a los mosquitos. Actualmente la batalla contra el mosquito es principalmente a nivel familiar, comprando insecticidas y repelentes para evitar que los mosquitos les molesten por la noche. El efecto sobre Aedes aegypti es limitado, ya que este mosquito es diurno y pasa la mayoría del tiempo descansando en lugares como armarios, fuera del alcance de la fumigación casual. Desde hace años que se intenta desarrollar una vacuna, pero el progreso ha sido muy lento; y una vacuna podría ser riesgosa al aumentar la susceptibilidad al dengue hemorrágico igual que la infección natural. Es típico que los gobiernos hagan poco con respecto al Aedes aegypti hasta que surge una epidemia de dengue o dengue hemorrágico. Entonces aparecen los camiones fumigadores que rocían las calles con malathion, con poco impacto dado que la epidemia ya está bastante avanzada y las hembras de Aedes aegypti se encuentran dentro de las casas, fuera del alcance del pesticida. Aún si la fumigación logra reducir la población de mosquitos, debe repetirse frecuentemente para mantener el impacto. La población de Aedes aegypti puede recuperarse fácilmente en pocos días.
No ha habido una reducción notable en dengue o dengue hemorrágico durante los últimos 20 años. Mundialmente, entre 50 y 100 millones son infectados con dengue cada año. Anualmente hay varios millones de casos severos de dengue, y aproximadamente 500,000 de dengue hemorrágico. La mortalidad sigue siendo alta en algunos países, mientras que otros la han reducido drásticamente con cuidados médicos intensivos. Cada año varios cientos de miles son hospitalizados debido al dengue en Vietnam y Tailandia, pero la mortandad es menos del 0.3 por ciento. Sin embargo, los costos económicos son altos. Cada paciente requiere de entre una y tres semanas de hospitalización, y los padres faltan al trabajo mientras cuidan de sus hijos. El cambio climático podría extender el rango geográfico del dengue, al facilitarse la transmisión con mayores temperaturas, y consecuentemente menores tiempos de incubación.
Copépodos al rescate
Aunque el control biológico del Aedes aegypti con depredadores de larvas nos ofrece la posibilidad de funcionamiento continuo sin la necesidad de aplicaciones frecuentes como requieren los pesticidas, no se le consideró seriamente al colapsar la estrategia del DDT. Previo a la era del DDT el uso de peces que se alimentaban de larvas de mosquitos era herramienta común en la lucha contra el paludismo. Pero el uso de peces contra el Aedes aegypti fue limitado por el alto costo de los mismos y porque no sobrevivían mucho tiempo en la mayoría de los contenedores de agua. Además, mucha gente simplemente no quería peces en sus cisternas, particularmente si el agua era para beber. Es sabido que muchos animales acuáticos como las planarias, ninfas de libélulas y otros bichos acuáticos se alimentan de larvas de mosquitos, pero ninguno resultaba lo suficientemente efectivo y práctico como para darle uso operativo. Los profesionales en las áreas de control de mosquitos y salud pública, que toda su vida dependieron fuertemente de pesticidas químicos, consideraron el control biológico como una fantasía utópica. Las escasas oportunidades remunerativas desalentaban la inversión e investigación por parte del sector privado.
Esta era la situación hace aproximadamente 20 años, cuando de manera independiente científicos de Tahití, Colombia y Hawai descubrieron la supervivencia nula del larvas de Aedes aegypti en contenedores donde estaba presente el copépodo Mesocyclops aspercornis. Los copépodos son pequeños crustáceos ecológicamente distintos de los demás invertebrados que se alimentan de larvas de mosquitos. Si las larvas son numerosas, los copépodos comen solo una pequeña parte de cada larva, lo cual le permite a cada copépodo matar entre 30 y 40 larvas cada día, un número muy superior al que realmente comen. De mayor importancia son sus altos números. Los copépodos se alimentan de pequeños animales hasta dos veces más grandes, pero también comen fitoplancton, protozoarios y rotíferos –una dieta que brinda suficiente alimento para convertir a los copépodos en los depredadores más abundantes de la mayoría de los hábitat acuáticos. La capacidad total de una población de copépodos para matar larvas de mosquitos, es enorme. La mayoría de los copépodos son demasiado pequeños (entre 0.3 – 1.2 milímetros de longitud) para cazar hasta la más pequeña de las larvas de mosquitos. Pero el Mesocyclops aspericornis y otras especies mayores (1.2 y más milímetros) atacan y consumen larvas recién nacidas sin titubear. Aproximadamente un 10 por ciento de las aguas donde se pueden reproducir los mosquitos tienen poblaciones naturales de Mesocyclops u otros copépodos mayores, los cuales drásticamente reducen la supervivencia de las larvas de mosquitos.
Lo mismo que sucede en la naturaleza puede lograrse introduciendo a especies indicadas de copépodos a sitios que los carecen. Este principio se aplica no solo a contenedores donde se reproduce el Aedes aegypti, sino también a hábitat acuáticos donde se reproduce el mosquito Anófeles que transmite el paludismo. Las larvas de mosquitos con paludismo son escasas en hábitat que contienen poblaciones naturales de especies mayores de Mesocyclops. Los Anófeles desaparecieron al introducirse Mesocyclops a arrozales y pantanos de Louisiana, en EUA. Lamentablemente el potencial de Mesocyclops para controlar el paludismo no se ha desarrollado porque las agencias encargadas de controlar el paludismo han abandonado sus esfuerzos por controlar los mosquitos. Actualmente el control del paludismo se basa casi exclusivamente en farmacéuticos cuya efectividad a largo plazo es dudable debido a la abundante resistencia entre los parásitos que causan la enfermedad.
El desarrollo del control de dengue con copépodos ha sido mucho más exitoso porque son eficaces y fáciles de usar en los contenedores donde se reproduce Aedes aegypti. Es inusual que los copépodos invadan contenedores antropogénicos por su propia cuenta; pero prosperan al ser introducidos, independientemente del abasto de larvas de mosquito. Las poblaciones de copépodos pueden variar entre cientos en una llanta y miles en una cisterna. Las especies mayores normalmente matan a mas del 99 por ciento de las larvas de Aedes aegypti, y sobreviven en el contenedor mientras éste contenga agua. Aún sin agua pueden sobrevivir mientras el ambiente permanezca húmedo.
El ciclo de vida sencillo de los copépodos y su capacidad para prosperar en una dieta de protozoarios permite que su producción masiva sea fácil y económica. El sistema de producción utiliza bacterias sobre trigo en descomposición como alimento para un pequeño protozoario (Chilomonas) que a su vez sirve de alimento para copépodos juveniles y otro protozoario mayor (Paramecium caudatum) que a su vez es alimento para los copépodos adultos. El sistema es sencillo, barato, altamente resiliente y funciona en contenedores abiertos de cualquier tamaño y forma. Cien hembras adultas producen aproximadamente otras 25,000 hembras adultas en un mes. Las hembras son inseminadas durante su adolescencia y no requieren de más contacto con los machos para seguir produciendo entre 50 y 100 huevos por semana durante el resto de su vida, que dura varios meses.
Una vez que se conoció la efectividad de los copépodos, se iniciaron investigaciones en Australia, el sudeste Asiático y las Américas para identificar las mejores especies de copépodo y cómo utilizarlas para el control de larvas de mosquito. Siempre hubo especies disponibles localmente porque existen naturalmente especies suficientemente grandes para comer larvas de mosquito en todas las regiones donde el Aedes aegypti es un problema. Mesocyclops aspericornis es la especie más eficaz en Polinesia, Australia y partes de Asia. Mesocyclops longisetus, la especie de Mesocyclops más grande del mundo, resultó ser la más efectiva en las Américas.
Para que un copépodo controle efectivamente al Aedes aegypti debe hacer mas que matar larvas de mosquitos. Debe sobrevivir fácilmente en contenedores. Mesocyclops aspericornis y Mesocyclops longisetus sobreviven en contenedores expuestos al sol tropical porque toleran temperaturas acuáticas de hasta 43 grados centígrados. Además, por su tendencia a aferrarse al fondo y paredes del contenedor, sobreviven en contenedores de los que la gente saca agua frecuentemente. Los copépodos que nadan libremente en el agua rápidamente desaparecen del contenedor. Mesocyclops aspericornis y Mesocyclops longisetus son eficaces en pozos, cisternas, tanques de cemento, barriles, jarrones, floreros y hasta bromelias siempre y cuando tengan agua continuamente. La gente no se opone a la presencia de copépodos en su agua porque estos pequeños animales son poco visibles. Además, no es inusual que otra microfauna viva en el agua.
Los copépodos no sobreviven en pequeños contenedores o llantas que se secan con frecuencia, aunque sobreviven en llantas que continuamente se llenan de agua durante la temporada de lluvias. No sobreviven en pequeños tanques de cemento donde el agua es reemplazada rápidamente, particularmente si el agua se drena, y mueren cuando se limpia el tanque con cloro o le escurre cloro al limpiar ropa junto al tanque. Una dificultad importante es la pérdida de copépodos al limpiarse el contenedor. Esto puede evitarse guardando una pequeña cantidad de agua del contenedor previo a la limpieza y regresándola al contenedor terminada la limpieza. En proyectos piloto a pequeña escala en Honduras y Brasil, las amas de casa rápidamente aprendieron a evaluar sus contenedores, manteniendo orgullosamente a los Mesocyclops en su hogar. La clave del éxito fue la atención personal de los organizadores comunitarios. Lamentablemente las burocracias de salud pública de Latinoamérica parecen carecer la capacidad organizadora para expandir el uso de Mesocyclops a mayor escala.
Éxito en Vietnam
El dengue hemorrágico es un problema serio en Vietnam, ya que ha hospitalizado a casi dos millones de vietnamitas y matado a más de 13,000 niños desde su aparición hace 40 años. La primera demostración de la efectividad de Mesocyclops a escala comunitaria comenzó en 1993, cuando científicos del Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología de Vietnam introdujeron especies locales de Mesocyclops a todos los contenedores de almacenaje de agua en Phanboi, una aldea de 400 casas en el norte de Vietnam. Al igual que el resto del Vietnam rural, las dos fuentes de Aedes aegypti en Phanboi eran cisternas de cemento (con capacidad de varios miles de litros), que casi cada casa tiene para almacenar agua pluvial, y jarrones de barro (con capacidad de entre 20 y 200 litros) utilizados para almacenar agua para uso inmediato. Los Mesocyclops prosperaron en las grandes cisternas de cemento, que rara vez se limpian. También sobrevivieron en los grandes jarrones, pero no en los pequeños porque estos eran vaciados frecuentemente. La introducción de Mesocyclops a los pozos creó un reservorio que continuamente repoblaba los jarrones.
La población de Aedes aegypti en Phanboi disminuyó en aproximadamente un 95 por ciento en el año después de la introducción de Mesocyclops. Sin embargo, Aedes aegypti seguía reproduciéndose en pequeños contenedores como latas y botellas que recolectaban agua pluvial, pero que no podían ser tratados con Mesocyclops. Se motivó a los aldeanos a participar más activamente, y la motivación fue alta por la historia reciente de brotes de dengue hemorrágico. El sistema político socialista fue la base de una veloz movilización comunitaria que fue exhaustiva y continua. La agrupación de mujeres educó a los aldeanos en el uso de Mesocyclops y los organizó para poblar contenedores tomando una pequeña cantidad de agua de contenedores con Mesocyclops y transfiriéndola a contenedores que aún no lo tenían. El programa existente de reciclaje fue reorganizado para garantizar que latas y botellas no colectaran agua mientras se esperaba su recolección. Dentro de pocos meses desapareció el Aedes aegypti y en los siete años subsiguientes no se ha vuelto a detectar ni el mosquito ni sus larvas. La desaparición de Aedes aegypti fue significativa porque fue la primera vez en mas de 20 años que se documentara la erradicación, aún a nivel local, de cualquier tipo de mosquito en cualquier parte del mundo, y se logró sin pesticidas.
Se introdujo Mesocyclops a otras aldeas del norte de Vietnam, y de nuevo desaparecieron los Aedes aegypti. Vale la pena notar que Aedes aegypti desapareció aún sin tener Mesocyclops en todos y cada uno de los contenedores. El éxito probablemente se debió al “efecto trampa de huevos”. Las hembras ponedoras no discriminan entre contenedores con y sin Mesocyclops, y desperdician sus huevos en contenedores con Mesocyclops en vez de colocarlos en contenedores con mayores posibilidades de supervivencia para sus larvas. Simulaciones computarizadas indican un colapso en la población del mosquito si un 90 por ciento de los contenedores tienen Mesocyclops. En contraste, eliminando el 90 por ciento de los contenedores solo reduce la población de mosquitos en el modelo computarizado en un 90 por ciento.
El éxito demostrado en Phanboi fue fundamental para movilizar el apoyo por parte del gobierno y de fuentes de asistencia financiera internacional para distribuir Mesocyclops a más comunidades en Vietnam. La publicidad televisiva y programas didácticos escolares han familiarizado a la sociedad Vietnamita con Mesocyclops. Una línea telefónica de asistencia gubernamental conecta a comunidades interesadas con trabajadores de sanidad quienes les proveen de Mesocyclops y explican su uso. Un sencillo sistema de producción masiva en el Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología de Vietnam utiliza barriles de plástico de 150 litros para producir varios cientos de miles de Mesocyclops por mes, a un costo muy bajo.
El programa sigue el modelo de Phanboi. El personal central capacita al personal de sanidad local, que a su vez utilizan documentales en videocasete para introducir a Mesocyclops a la comunidad. El personal de sanidad capacita a maestros para que organicen a estudiantes para la recolección regular de contenedores chatarra. De las agrupaciones de mujeres, los trabajadores de salud reclutan a colaboradoras voluntarias de confiabilidad demostrada previamente en campañas domiciliarias de planificación familiar e inmunización. Cada colaboradora es responsable de entre 50 y 100 casas, y comienza introduciendo aproximadamente 50 Mesocyclops a la cisterna de una de las casas. En cuanto la población de copépodos crece lo suficiente, la colaboradora toma una cubeta de agua del tanque con Mesocyclops a las demás casas, vertiendo un vaso por cisterna. Las colaboradoras explican el uso de Mesocyclops a cada familia y regresan por lo menos una vez al mes a inspeccionar los contenedores. El programa ha capacitado a 900 trabajadoras de sanidad y el Mesocyclops ha sido distribuido a más de 30,000 hogares en el norte y centro de Vietnam.
En la gran mayoría de las comunidades del programa, se ha repetido la experiencia de Phanboi. Aedes aegypti desaparece por completo aproximadamente un año después de la introducción del Mesocyclops. Las pocas excepciones han sido comunidades urbanas, donde la población de Aedes aegypti ha decaído, pero no desaparecido; la razón es la cobertura incompleta de casas por parte de las colaboradoras. En áreas urbanas que carecen de otros programas de salud domiciliarios, a veces es necesario reclutar colaboradoras cuya confiabilidad no ha sido demostrada. Mientras que la mayoría de las colaboradoras nuevas hacen buena labor, hay algunas que no lo hacen, y sus esfuerzos se ven complicados por la menor cohesión social en las ciudades. Con 12 millones de casas en zonas de dengue, el número potencial a atender es enorme. El cuello de botella en la distribución nacional de Mesocyclops es la capacitación de empleados de sanidad y colaboradoras locales. Algunas provincias están estableciendo sus propios centros de capacitación y de producción de Mesocyclops. El programa tendrá mayores retos al extenderse al sur de Vietnam, donde el clima tropical es ideal para Aedes aegypti y el dengue es transmitido todo el año.
La transportación de gran cantidad de Mesocyclops de los centros de producción a las aldeas puede verse complicada debido a que los copépodos en pequeños contenedores de alta densidad pronto acaban con cualquier alimento. Entonces comienzan a comerse unos a otros. Una solución sencilla surge del hecho que los Mesocyclops pueden sobrevivir durante meses suspendidos en gomaespuma húmeda, donde no pueden moverse para cazarse unos a otros. Cubos de este material son empacados en pequeños contenedores plásticos y se envían por correo a las oficinas de salud pública en todo el país. El cubo de hule espuma con 50 copépodos se coloca en la cisterna para introducirlos al contenedor.
En 1998 Vietnam reportó 234,000 casos de dengue hemorrágico, y esta enfermedad fue responsable de mas muertes que cualquier otra infección. En 1999 el gobierno inició un programa prioritario para combatir el dengue a nivel nacional, con Mesocyclops en un papel central, no solo en la prevención sino también para combatir los brotes de dengue en zonas donde no se ha implementado aún el Mesocyclops. El gobierno ofrece a los empleados de sanidad locales paquetes para el análisis veloz de casos donde se sospeche dengue para que una respuesta de emergencia sea implementada inmediatamente cuando se confirme un caso de dengue. Al incrementar el abasto de Mesocyclops, este será distribuido de manera rutinaria a casas en zonas donde se den brotes de dengue.
Potencial de Mesocyclops en otros países.
¿Pueden otros países replicar el éxito de Vietnam con Mesocyclops? El mayor potencial es en el Sudeste Asiático, donde el dengue hemorrágico es un problema grave, la inquietud pública es alta, y la mayoría de los hábitat reproductivos de Aedes aegypti son similares a los contenedores de agua que han resultado ideales para Mesocyclops en Vietnam. La preocupación pública no es tan alta fuera del Sudeste Asiático, y algunos de los sitios de reproducción no son tan ideales para Mesocyclops. Mientras que el control del dengue en otras regiones requerirá algo más que Mesocyclops y el reciclaje de pequeños contenedores, Mesocyclops es capaz de eliminar al Aedes aegypti de por lo menos algunos tipos de contendores en cualquier lugar donde el dengue es problemático.
La logística de producción y distribución no son obstáculo para extender el uso de Mesocyclops a otros países. La producción es barata y su transporte sencillo. Mientras que la producción y distribución en Vietnam está a cargo de dependencias de gobierno nacionales, provinciales y locales, en otros países podría darse una combinación de gobiernos, organizaciones no-gubernamentales y el sector privado, de acuerdo a condiciones locales. La llave del éxito es la organización comunitaria. Es bastante sencillo poblar y repoblar contenedores con copépodos, pero es fundamental garantizar que todos lo hagan. El éxito puede darse barrio por barrio. Cien casas trabajando juntas pueden librarse de Aedes aegypti aún si las casas alrededor se abstienen de hacer algo al respecto.
La estrategia de mayor potencial es la distribución de Mesocyclops donde existan redes locales que brinden mayor posibilidad de éxito. Vietnam tiene la ventaja de que la mayoría de su dengue ocurre en comunidades rurales con organización comunitaria fuerte y donde ya existen programas domiciliarios de sanidad que funcionan bien. Afortunadamente existen miles de comunidades en todo el mundo que comparten este tipo de redes organizativas para diversos programas de salud, planificación familiar, tratamiento paramédico de paludismo, programas agrícolas, caridades religiosas, y apoyo a pequeños empresarios. Estas mismas redes pueden ser vehículos para la distribución de Mesocyclops y garantizar su uso apropiado a nivel comunitario. Hasta las redes de mercado del sector privado, que tan efectivamente distribuyen insecticidas y repelentes pudieran desarrollar un papel si se incentiva el uso comunitario. Con cada éxito, el efecto demostrativo fomentará que cada vez más comunidades se organicen para el uso exitoso del Mesocyclops.
Conclusiones
¿Qué nos dice este caso de estudio del dengue hemorrágico? En primer lugar demuestra cómo las actividades humanas crean condiciones ambientales que determinan si una enfermedad abundará o desaparecerá. El transporte internacional creó el dengue hemorrágico al mover las cuatro cepas de dengue por todo el mundo. El dengue desaparece cuando la gente elimina las oportunidades para que Aedes aegypti se reproduzca en contenedores de agua alrededor de sus casas.
En segundo plano, demuestra cómo la erradicación local de mosquitos es posible con un manejo ecológico. Una estrategia ecológica de control de enfermedades que integra una variedad de métodos es más efectiva que una estrategia basada exclusivamente en pesticidas. Podemos esperar que los métodos ecológicos sean sustentables. Es poco probable que las larvas desarrollen una resistencia a Mesocyclops.
En tercer lugar, ilustra el nivel de esfuerzo necesario para el éxito. Actualmente los esfuerzos prevalecientes en todo el mundo no cumplen con este estándar. Ni cumplen con el estándar de la campaña contra la fiebre amarilla que erradicó al Aedes aegypti de gran parte de Brasil hace 60 años, una campaña que debió su éxito a su organización y administración intensa y meticulosa.
Finalmente, y de mayor importancia, hace énfasis en el papel central de la comunidad local. El dengue hemorrágico será eliminado únicamente a través de esfuerzos locales intensos y bien organizados. La falta de progreso en general contra el dengue durante los últimos 30 años no es singular. Al cambiar nuestras prioridades personales y públicas, los sistemas de apoyo social en comunidades locales han sido debilitados. Y correspondientemente han decaído numerosas dimensiones del bienestar humano que dependen de comunidades fuertes. Mientras que es responsabilidad de los lugareños mantener una comunidad fuerte y efectiva, el apoyo y asistencia de gobiernos nacionales puede ser decisivo. El desarrollo ecológicamente sustentable, que incluye el control sustentable de enfermedades transmitidas por mosquitos, únicamente será realidad cuando y donde las comunidades sean verdaderamente funcionales.
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Traducción: David Nuñez. Redacción: Gerry Marten